Reuniendo información [Priv. colectivo: Andrei Nadazdy/Alastor]

por **Nakiami** Sáb Ene 21, 2012 6:30 pm

El sol comenzaba a ocultarse entre las colinas del valle donde el pueblo de Ariaz se encontraba. De los oscuros callejones surgió la figura de una joven de largos cabellos rosados y ojos de un azul intenso, vestida con una larga capa oscura, que cubría la mayor parte de su figura. Su mirada ojiazul se encontraba fija en una taberna en donde numerosos hombres comenzaban a llegar: campesinos, grupos de jovenes y miembros de la guardia real que se reunían solo para pasarla bien.

La vampiresa siguió esperando por unos minutos hasta que divisó una figura solitaria, vestida en una capucha tan oscura como la suya entrando en la taberna con un aspecto sospechoso; Nakiami no lo dudó 2 veces y entró en la taberna, pasando entre los mesones llenos de gente ruidosa y esquivando a las voluptuosas meseras que maniobraban con las bebidas hasta que al final llegó a la barra, junto a aquella figura sombría...

por **Andrei Nadazdy** Dom Ene 22, 2012 9:00 am

Regocijado por un genocidio bien efectuado, decidí que era lo mejor festejar (yo solo, por supuesto... nada de alimañas incompetentes asediando mi tiempo. ostentando una conversación vacua en donde lo único que ganarían es un escupitajo en su tan mancillado rostro) ¿Qué mejor forma de lisonjearme para mí que con alcohol y un ambiente tan bajo que de seguro ruborizaría a la misma reina? no habría mejor modo, de seguro.
Una vez que tuve la recompensa del monarca en mis manos, me retire del batallón y me dirigí a las Tabernas. Mi gabardina encontraba cubriéndome el cuerpo, adoselandome en una elegancia inusitada... mientras mis cabellos albinos y mi piel lánguida contrastaban de forma patente con la luctuosidad de mi indumentaria.

Ingresé al lugar y me senté en la barra, en donde normalmente habituaba. Aún continuaba teniendo la capucha de mi gabardina sobre mi cabeza, se me hacía molesto la idea de un montón de inútiles alrededor por que soy el Capitán del ejercito... que sigan su diversión y no destrullan la mía. El barman... por otra parte, no desconocía mi identidad, todo lo contrarío... pero sabía que mantener el silencio era mucho mejor para ambos, sobretodo para su cuello.

-Hipocrás...-Musite suavemente el nombre de la bebida, una conjunción de: vino y miel (azúcar no tenían estos enclenques, eso lo conseguía solo con el Rey) y se le agregaban algunas especias como nuez moscada, canela, clavo, jengibre, pimienta negra, etc... en fin, una bebida que se tomaba caliente, así que espere que él lo consiguiese.

No obstante, mientras tanto, sentí por atrás que unos pasos presurosos se dirigían asía mi. Una vez que aquella figura encapuchada llego hacía mi eché un vistazo sin voltear mi rostro hacía esa persona, para que solo me viese parcialmente el perfil del rostro. No podía distinguirle con claridad, pero por lo que en sí la tela enmarcaba no parecía ser algo muy imponente... sin temor a se estereotípico me anime a insinuar -Sweetie, entre nos... no es prudente que una dama como tú frecuente estos sitios tan sucios- Voltee entonces mi rostro hacía la figura encapuchada, notando que en sí, en efecto era una dama ojiazul. Sonreí de forma elocuente, dando una muestra de mi dentadura en punta... mis ojos lánguidos y opacos se mantenían fijos en ella.

por **Nakiami** Dom Ene 22, 2012 9:53 pm

La voz algo siseante de la figura de al lado provocó que la pelirrosa posara su mirada azulada en este. Podía notarse que era un guerrero, el aroma a sangre en sus ropajes era muy notorio, pero el escudo de la guardia real adornando su atuendo no le daba buena espina.

- ... ya sabes que darme, Horace...- mencionó sin mirar al cantinero, quien al parecer entendió el mensaje de la chica. Después de unos cuantos minutos regresó con un vaso lleno de un líquido espeso y carmesí- ... gracias...

Sin decir nada aun le dio un sorbo a su bebida y se relamió los labios de forma elegante y sensual, típica del porte de los vampiros.

- ... No se por qué me considera una dama...

por **Alastor** Dom Ene 22, 2012 10:08 pm

Tenía un papel entre mis manos, lo ojeaba constantemente, era una misión que me habían dado antes en el alto mando del castillo, ¡pero nunca me dijeron que tenía que leerlo yo mismo! Yo no sabia leer en lo absoluto. Había ido a la taberna a despejar mi mente y tratar de averiguar qué significaban esas palabras tan extrañas. Me senté en el fondo del local, donde las sombras se extendían dignamente y yo parecía estar invisible ante los demás, eso era mejor para mi.

Habían transcurrido dos horas mientras intentaba leer esa nota y me resigné a tener que volver al alto mando a preguntar, de seguro me odiarían después de eso y los demás soldados se burlarían... pero podía matarlos y no pasaría ningún incidente.

Antes de enfrentarme a mi penoso destino, fui a la barra del bar decidido a beber algo para "agarrar coraje", además... me gustaba la bebida. Pedí la más común de todas (y la más barata, no tenía mucho efectivo) y me senté junto a otras dos personas que parecían hablar en la barra, los ignoré levemente mientras seguía viendo el papel, molesto con las palabras en él.

por **Andrei Nadazdy** Mar Ene 24, 2012 9:27 am

Sonreí con más elocuencia aún, puesto que su voz me había dado la confirmación necesaria. Su porte y delicadeza también me señalaban que, posiblemente, sea de alta alcurnia. Un aroma metálico, agridulce, añejado... se filtro por mi sensibilidad olfativa ¿acaso era sangre lo que la sama estaba probando? relamí mis labios resecos y agrietados... ese asunto en particular me resultaba ínfimo.

-¿No lo eres, cariño?- Pregunté artero a la dama, para que luego mi atención sea llamada por otra figura que se sentaba a nuestro lado. Basto una contemplación rápida para darme cuenta de que se trataba de... mi sub capitán ¿Estaba intentando leer? "Mein gott" pensé para mis adentros, mientras acomodaba con la punta de mis dedos blanquecinos y afilados la capucha para que mi identidad siga cómodamente ofuscada.

Al cabo de unos segundos más, el cantinero me sirvió la bebida que le había pedido. Sus manos, grandes e imponentes, parecían temblorosas... al igual que su mirada que no parecía querer despegarse de la mía, como si mis ojos (que no filtraban ni luz, ni sombra) le dictaminasen un acuerdo tácito de respeto irreverente. Tomé el recipiente apenas pude, sonriéndole de forma más gentil -¿Una noche difícil, cielo?- pregunté al hombre en un tono suave, como si buscase calmarle, demostrarle que no hay más amenaza que la de sus párvulos borrachos hacíendo fiesta atraz.

Tomé entre mis manos la bebida tibia, a punto como me gustaba, la deguste con suavidad-Pídele... a tu superior que te lo lea...- le sugerí suavemente al joven que estaba junto a mí, casi en un susurro... dudaba que siquiera pudiese percibir mi voz. El no estaba de ninguna forma tapado, se veía claramente su rango y, por tanto, podría escabullirme en eso. La iglesia a sucumbido a la mayoría de las personas a un analfabetismo inminente. Se han apropiado de los libros y de cualquier facilidad para que la gente de pueblo y/o soldados puedan aprender. Si me lo preguntan, es una estrategia patética y cobarde... no sé por cuando más les funcionará. Yo si sabía leer por que había aprendido con los de mi clan, hace ya antaño.

por **Nakiami** Miér Ene 25, 2012 3:40 pm

- Ya no...

No estaba dando información, cualquier otra persona la confundiría con una prostituta local incluso con una viajera; a fin de cuentas, la ropa que ella usaba en público no era para levantar sospechas. La llegada de otra persona a la barra llamó la atención de la pelirrosa, en especial cuando notó el escudo de armas en el uniforme como el caballero que se encontraba a su lado... 2 miembros de la guardia real contra una rebelde... eso haría más difícil el conseguir información.

- "Bien... este no es un blanco fácil"- pensó a sus adentros- "necesito un blanco que no se oponga..."

Mientras buscaba con la vista a un miembro de la guardia que fuera fácil de extraer información, Nakiami dio tranquilamente otro sorbo a su bebida turbia. La sangre de res no era su favorita, pero cubría la necesidad cuando era necesario...

por **Alastor** Jue Ene 26, 2012 10:09 am

Seguía distraído mirando ese papel con pequeños garabatos en él, en serio, no sabré leer, pero quién lo escribió tampoco tenía la letra más bonita del mundo. Aún seguía mirando el papel cuando el cantinero me dio la bebida pedida, le sonreí ampliamente como de costumbre, notando que dentro de mi bebida flotaban unos cuantos trozos de carne cruda, como siempre le pedía que pusiera en mi bebida. Era un bar que frecuentaba normalmente, aunque nunca me emborrachaba siempre bebía aunque sea una copa.

Escuché un suave susurro una vez el cantinero se alejó de mi persona, miré a un costado notando las dos personas a mi lado. Una chica encapuchada y un tipo (o mujer) encapuchado igualmente. No entendí bien que había dicho la persona dueña del susurro, pero la voz me resultaba meramente familiar. Guardé el papel dentro del bolsillo de mi capa y me puse a jugar con la bebida que tenía, metiendo mi larga uña como tenedor para agarrar la carne y comerla.

Distraidamente ojee a las dos personas, había una ventana cerca de la barra y, a pesar de no ser el momento más claro del día, no podía ver bien el reflejo de la muchacha, es más, solo veía la copa aunque su mano estuviese cerca de ella. Inspeccioné a la otra persona y noté un poco lo largo de sus orejas, definitivamente, un elfo. Aunque intentase ocultarse, no podría mucho, sentía una energía oscura proviniendo de él, las criaturas de las sombras nos entendemos entre nosotros.

-¿Qué hacen un elfo y un vampiro en un bar?- murmuré mirando mi bebida tranquilamente.

por **Andrei Nadazdy** Jue Ene 26, 2012 12:13 pm

El aroma de la copa de la muchacha me abrigaba demasiado, era sangre espesa, concentrada... no podía distinguir si era o no humana, pero no caía en mi conocimiento. Para aumentar aquel aroma, el sub capitán también había pedido un brebaje que parecía tener, aunque más sutilmente, ese aroma. Le alcé una ceja al cantinero "Me gustaría saber... que escondes en la cocina" pensé divertido, para luego escuchar las palabras de la dama (las únicas que efectúo, a decir verdad).
Podría haberle respondido, pero a los segundos escuché la pregunta del muchacho, que fue más para él, lo sé, se aplico en un murmullo, pero odiaba que se efectuaran preguntas a mi persona si yo no les había dado la palabra... por suerte recordé que él ahora estaría en hora libre, no tendría por que cumplir mi mandato o similar, así que podría guardarme mi despotismo.

-Yo creo que... más extraño es que un Demonio esté en un bar... a estas horas...- Murmure a su mismo tono, entre risas secas. Aludí, precisamente, al hecho de que él debía estar haciendo lo que ese condenado papel le señalaba... culpo al el rey y su estupidez por darse cuenta de que no puede darle un papel a quien no sabe leer. ¿Pero que podía esperar? ese hombre con suerte puede vestirse solo sin que su mujer le guíe... inútil.

En un momento determinado... sentí un aroma particular ¿Bosque podría ser? sí, definitivamente y provenía de la dama. Sé que es natural que las personas pasen y hagan largos viajes por allí... peor los peligros de la guerra mermaban las posibilidades y aún, aunque ella fuese un vampiro, supuse que la buena voluntad de un viajero no era lo que la traía aquí. Todo ese aroma le impregnaba. No dije una sola palabra, dado que el demonio ya había preguntado algo... hacerlo yo me resultaba redundante.

por **Nakiami** Sáb Feb 04, 2012 12:31 pm

Spoiler:

- Solo soy una viajera... - comentó de forma indiferente mientras tomaba un sorbo a su bebida- y sobre lo que hago aquí... forma parte de mis asuntos privados, que pediré que no indague...

Desgraciadamente, ese demonio la había expuesto en parte, pero no todo había sido malo, ahora conocía la posible identidad no humana de dos miembros de la milicia, y por lo que parecía, aquel que parecía ser de un rango alto era un demonio... Sin duda a la Princesa le complacería saber aquel descubrimiento.

- lo que me sorprende es que aun Usted, caballero... - se refirió a Alastor- esté vestido con el uniforme a estas horas... ¿Será acaso que los caballeros de Su Majestad no descansen nunca?

Dicho este comentario esbozó una pequeña sonrisa, mostrándose interesada por ambos caballeros. No podían culpar que una dama se mostrara interesada por los militares, y siglos de práctica habían llevado a Nakiami a saber fingir ese interés a la perfección; a fin de cuentas, lo único que pensaban las damas humanas era contraer nupcias con alguien de buena posición... era obvio que los militares siempre serían sus objetivos principales...

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